sábado, 7 de abril de 2012

LA OTRA VOZ

CHAPTER (X MINUS SOMETHING)

Nunca se había sentido capaz para aceptar el sufrimiento y la pérdida del amor. Sentada en la habitación de un hospital frente a su madre, aquella última semana que vivieron juntas, vió por primera vez sus ojos reales, los ojos del miedo en una mujer que ya no era su madre, sino un ser humano maltratado y humillado por el trabajo, la pobreza, la escasez y la soberbia de los hombres y de sí misma. Y por la aceptación de todo ello como única forma de estar en el mundo. Allí, frente a la muerte, sin ninguna idea armada que pudiera protegerla del derrumbamiento y la desolación que se instala en los cuartos de los hospitales, con olor a barro ebrio, a alcohol digerido por las entrañas de todas las heridas humanas, como si un todo abstracto necrotico destilara ese vapor anestésico, y fuera apagando el sentido de la realidad cotidiana, regresándonos a otra que trasciende las dimensiones del tiempo y del espacio, fundiéndonos en una sola alma que crepita y se apaga, y quiere agarrarse al mundo, y ya no sabe quien es excepto por esa especie de memoria clandestina que se empeña en devolver la identidad persona a persona, como si la Vida se supiera sin tiempo, y quisiera, en un último y magnífico esfuerzo, recuperar su propio deseo en la individualidad: En lo que fue, lo que jamás emprendió, en la verdad simple de haber nacido y tener un nombre que contiene no solo letras, palabras, títulos, sino pasos, huellas que cada acción o su olvido, nuestra voz o su silencio, fueron esculpiendo, y con ellas el único camino reconocible en la penumbra de la soledad sin retorno para una conciencia buscándose a sí misma a punto de extinguirse. En esa ebriedad que no pudo o no quiso detener fue naciendo de nuevo, narrada por el deseo de su madre, el deseo anterior a ella misma, a ambas que ya no eran más que dos mujeres tratando de encontrar un sentido real a sus dos existencias . Aquellas palabras caían sobre el alma con el peso infinito de un mundo sobre un terreno de espuma, sostenidas tan solo por el hilo de la narración que les iba devolviendo a cada una, a través de un tiempo sin medida, el valor para seguir andando: Una hacia la muerte. La otra hacia la invención de su propio destino.

4 comentarios:

  1. Me encanta como escribes Mary, describes a la perfección la ruina humana que se vive en todos los hospitales del mundo, más si velas la agonía de una madre. Te felicito por tus letras!

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  2. Tienes un estilo bello, tan bello que hasta cuando es descarnado es poético. Escribir no es sólo juntar palabras, es acariciarlas. Y tú lo haces a la perfección. Muchas felicidades.

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  3. Hay personas a las que esa pérdida les da el paso libre para la invención de su nuevo destino.Pero hay que saber hacerlo,día a día.Esas personas son dignas de admiración por la libertad y luz que desprenden.

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  4. Macu, todas las personas llevan esa luz que tu ves. De hecho la ves porque la contienes

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