sábado, 25 de enero de 2014

SIN NOMBRE

(EL)

"Baja hasta los cimientos,
llega hasta donde se suicidan los niños,
arrima esa mirada extraviada
al huracán de donde emergiste:
Una madre enlutada,
demasiado joven, demasiado
arisca,
demasiado pequeña
para el ruido mundano.

No apartes la pupila de los hombres
que nacieron para ejercer
de látigos o abono,
aquellos a los que Schröeder redujo
a escombros antes de ser espigas.

Conoce la inocente parábola.
¿Ves las laderas por donde acampa
el rechazo de los dioses
y no ves  el manto agrio
como manglar de sus erecciones y sus perfidias?

¿Ves al hombre que debiste abrazar
camino del destierro,
esa bestia que arranca
cualquier semilla, inflama
la oquedad
y se aparea con esta su sombra?.

¿Ves como voy a honrar mis demonios
sellado a una pira con otros despojados,
que mataré todo lo que no parezca
un resumen depravado de si mismo?

Oyes batir campanas,
roncar perros, el llano hecho resaca
de cualquier invierno,
tu padre derramándose
de amor.
No sabrás si era tu padre
aquel hombre que crujia
ardiendo en la biblioteca.

Demasiado joven la mujer
que te contuvo
para saber de la muerte o
de la creación.
Con cada pierna en esos dos pilares
su útero, como barranco ajeno.
Demasiado joven
para dejarte vivir  sin recordártelo.